El reino de terror de Jack el destripador duró poco más de dos meses, pero 136 años después, el horror que provocaron sus crímenes continúa generando escalofríos.

Esa que sus crímenes no fueron muchos, si fueron cruentos. Este asesino sería el mataba mujeres con un tajo en la garganta y luego la se viseraba.

Y a veces se llevaba uno que otro órgano, como recuerdo.

Las muertes de mujeres en el barrio bajo de White Chapo empezaron antes de la aparición

de ya que el destripador y continuaron más tarde, al punto que el archivo policial sobre el caso

incluía 11 asesinatos. Contabilizar con precisión los crímenes de

la asesinocerial no fue sencillo. Esto por la inseguridad de esa zona del Isthen,

Londinense, donde se asinaban unas 80.000 personas de clase baja.

Varios años después de los hechos siniestros, si el Melville Magnagem, jefe del departamento

de investigación criminal de Scotland Yard,

afirmó que las víctimas del destripador eran cinco.

Desde entonces se las conoce como las víctimas canónicas.

Maria Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Edo's, Emery Jane Kelly. El criminal mató esas cinco mujeres entre el

31 de agosto y el 9 de noviembre de 1888. La historia más difundida, la recuerda como

las prostitutas de White Chapel, aunque el historiador social Halley Robin Hall sostuvo

que Nichols, Chapman y Edo's no lo eran y que Stride solo recurría a vender su sexo cuando sus

condiciones de pobreza o de desesperación eran realmente extremas.

Según el autor, la única que se dedicaba a la prostitución era Kelly, la última mujer

asesinada y cuyo cuerpo fue tratado con más perversidad por Jack el destripador.

En la historia de este asesino cereal aparecieron ingredientes de clase, políticos y hasta

raciales. Pero el elemento crucial para acrescentar y mantener hasta el presente, la leyenda

de la asesino cereal de Whitechapel fue y es el misterio sobre su identidad. En la época, hasta la propia Reina Victoria, tuvo sus

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