¡Brandon, Suández! No puede creer su mala suerte. Pasó una buena noche yendo a fiestas por el fin del semestre en Universidad.

Y decidió volver a casa en Marshall, Minnesota. Está acostumbrado a hacer ese trayecto, pero esta vez decidió ir por un camino de grava.

Y fue entonces, que su auto quedó encallado en una sanja.

¿Qué hago? Se pregunta, Brandon.

¿Yamó a mis padres a esta hora?

Es la una de la mañana con 54 minutos.

14 de mayo de 2008.

Sin muchas opciones, más que esperar pasar la noche al descubierto en el campo y quizá quedarse sin señal en su teléfono móvil,

brandon marque el número de Brian Swanson, su padre.

Sobre saltado, el hombre atiende y despierta a Annette, su esposa, quedó en mi asulado.

Es brandon le dice, tuvo un accident, quedó en mi asulado. Es Brandon, le dice.

Tuvo un accidente con el auto, pero está bien.

Vamos a buscarlo.

Los oanzon se visten y se suven a su auto sin cortar la llamada Combrándon.

Te voy a estar cerca de Lind.

Les dice el estudiante de 19 años.

Así allí se dirige en sus padres, pero no encuentran nada.

Brandon hace luces con su auto para que tengan una referencia.

Pero es imposible. Es una mania obrenfructosa.

Entonces, el joven decide caminar hacia las luces que ve a lo lejos,

convencido de que se trata del

poblado, donde viven poco más de 300 personas.

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