Canóbanas, este deporte rico 1995.

Madilentonentino está demasiado ocupada con el trabajo de la casa, como para prestar

la atención a los rumores,

de que más de un centenar de ovejas y cabras aparecieron muertas en los últimos días.

No tenía sangre, era como si se la subieran chupado, pero le dijo un vecino con miedo en la

voz.

Pero Madeline, está acostumbrada a esas leyendas, y por ahora está más enfocada en el ajetreo cotidiano

sin percatarse de que está por vivir la experiencia más aterradora de su vivo.

Madeline, mirad distraídamente por la ventana de la cocina, un paisaje que conoce una memoria, pero de repente se queda helada.

Una especie de recti con la piel escamosa pasea asechante, caminen dos patas,

es de color gris verdoso y tiene manchas negras, espinas en toda la espalda parecido a un dinosaurio.

No es muy alto.

No debe llegar al metro y medio.

Madeline, aterrada, no se mueve muy un centímetro.

No quiere que la criatura se percate de su presencia.

Cuando el extraño animal con aspecto extraterrestre desaparece de su vista,

la mujer se seca la transpiración helada.

Y después de los instantes de duda,

pome el teléfono y llama el periódico local para contar lo que acaba de experimentar.

Y mientras marque el número, vuelve su mente lo que le contó su vecino.

¿Cómo lo culpara la criatura que vio por su ventana?

Es decir, tiene que ser el que le echó por la sangre a los animales

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