¡Usi, oso para no me...

¿Cómo está Jorge Buenas Doches? Bienvenido.

Buenas noches, señor Clanda Bond.

Bienvenido, ¿cómo le va?

Muy bien, muy bien aquí descansando.

¿Qué gusta saludarles? ¿Toy para servirle?

Gracias por tomar la llamada.

¿A esos órdenes?

Mira, lo voy a atacar un relato que le ocurra a mis padres. por el medio, un mes de octubre, ellos estaban por si encartados y los invitaron a un velorio,

pero como le digo es cierre, pues hay bajadas, pero mucha es muchísima vegetación,

entonces a través de la verdad, en la paría del velorio, y les había empezado una casa,

sí, entonces dieron en el velorio y más o menos como trícinio de cuatro de la

mañana decidieron regresarse a la casa donde estaban, ellos se estés viviendo

y van caminando y entre el camino hay una rollo van atravesando y entre la

rollo salden a una persona de negro y se empareja con un papá y redice a loido que, que si vio de donde salió, que ahí vayas y que guste

que Scarbe me ha encontrado una piedra, que es lo que Scarbe va a hacer para él, pero siempre

cuando le hago una misa en la iglesia del pueblo, que de la silla de Esquipula si no me

recuerdo, se van caminando pero esta persona no se

les está de mi papá. Esto fue en Guatemala. No aquí en México en la Sierra Marta de Puebla.

Es que ahí en Guatemala también se honra mucho al señor de esquipulas.

Y ya le dice la persona está aquí, no se lo olvide donde salió, que lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo sabía, no sé lo que yo en casa de aquí, es que me voy a llamar, me voy.

Siguiendo caminando sobre la vez que cuana el camino,

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