¡Oh!

¡Esta semana estaba leyendo que en el mundo contemporáneo padecemos de una patología llamada a una gran mayoría que padece de una patología llamada el síndrome de Peter Pan,

el síndrome de Peter Pan, que es un término que acuñaron los especialistas en la materia

y que se trata de aquellos adultos que se resisten tenas mente a comportarse de acuerdo a su edad cronológica.

No solo que no quieren envejecer, porque por cierto

no guarda relación necesariamente con la apariencia física, sino que se manifiesta y esto es

lo peor en aspectos emocionales o de personalidad. Este complejo, esta tendencia o sesgo, alude a

esas personas que han decidido mantenerse en una infancia emocional,

porque prefieren la comodidad evitar las responsabilidades de serias,

evitan tomar decisiones fundamentales,

e idealizan la juventud y se resisten a aceptar la madurez.

Bueno, yo pensaba propósito de este síndrome,

que en la Iglesia también sufrimos, en la madurez, ¿no? Bueno, yo pensaba propósito de este síndrome,

que en la iglesia también sufrimos en la iglesia, en general,

sufrimos un fenómeno similar.

Tenemos miembros que vienen a la iglesia,

que vienen al edificio a congregarse,

y todos los años se sientan, año tras años,

escuchan el mensaje,

pero nunca logran madurar del todo. A lo mejor están luchando con los mismos pecados,

con las mismas debilidades.

No sienten que han progresado de acuerdo a la cantidad de veces

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