¡Ahora nos ha sido Juárez!

Ahí está Alejandro Espino, ¿samejando cómo están?

¿Dos oches?

Bueno, ¿no se jendremos?

Bienvenido, el beso, el sac a correr con nosotros y es para hacer bien.

Para contar un relato que me pasó, estudió premélie.

Entonces lo que tiene esta sala es para practicar a unos pizcales y guagua.

Entonces nos quedamos en la noche, como la, como la 11 o 12 de la noche

había tres enfermeras y yo

entonces timbró para el servicio a narizas y aunque quedaba muy arriba

entonces nos quedamos viendo pues las otras personas que estábamos y yo

mejor lo perdí sacábamos y pues ahí nos echamos un volado para el cieniro y pues está un achado y luego

pues subió las escaleras para llegar a la habitación esa y se tardó demasiado tiempo en bajar entonces

decidimos ir por saber que estaba tratando porque se nos hizo demasiado entonces cuando llegamos a la habitación estaban enfermeradas

malladas, y pues estaba el mallada, entonces ya entramos, entonces despertó y luego le dijimos

que se había pasado, entonces dijo que cuando he hiento que había una vieja, entonces

se ha cuando despertó para la empresa que no había nadie?

Entonces, pues, nosotros vamos a explicar que sería lo mejor de una persona, pero pues,

nos faltan, nos imaginamos eso.

Y pues, ¿dás, qué todo lo que pasó?

Y en qué parte de la hospital que apareció esta bígita.

Pues será como el tercer piso. En un pasillo?

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