Cuando Bada Núpia existió a la tradicional misa de todos los amigos. Se percató de un hecho

muy extraño que le causó sorpresa, tras observar a un par de ancianos que entraron al

templo y se colocaron junto a ella.

Mire, mi madre había fallecido, tenía como unos dos años más o menos, entonces

en un camino de oficio aliza y con mi hermana fuimos de como alas ocho de

la noche. Ya estando como en la primera lectura llegaron dos gris y hechitos, un

trañador en unas tillas de rueda. Una vieja hechista que lo traía este hachista.

Sentaron en la misma banca donde estaban los miembros. Me analló, la vieja hechista,

ya al ratito de Estadia en Misa, ella puso sus manos en el rato de la banda de adelante. Entonces, yo me quedé viendo la verdad porque se me hicieron sus manos conocidas.

Así que yo no sabía visto antes.

Y cuando me suye bien en sus sueños, en sus dedos y hace una forma de la mano,

pues me di cuenta yo quedan y bien me picasas las de mi mano.

Alas de cuentas te quedan las manos de mi mamá?

Los que yo estaba viendo.

Pero dije a mi hermana, le dije, mira, ¿qué tito de las de mi mamá?

Con el septicismo, le indicó a su hermana que se fijara bien.

El anciana que estaba junto de ella, y dices,

me llato y intípico esos rasgos que caracterizaban sobre Funda

Madre.

Mira, la mamá, esa es una vixenita que está aquí a un lado, volteó y le dijo, ¿están

igualitas a las de mi mamá?

¿Verdad que sí?

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