Hoy vamos a ver uno de los momentos más emotivos, dramáticos, terribles y amorosos,

también kaleidos cópicos de muchos sentidos, vamos a Sarajeón.

Vamos a la voz de El Segobín, y nos vamos a encontrar desde la dulzura, la multiculturalidad,

cafésitos, la reconstrucción hasta el corazón de las tinieblas, todo eso pasa ahí.

¿Cómo es que pasa eso? No llega, y entonces cambia de frontera, y así como cuando pasamos de servir,

acroacia, estábamos en un lugar completamente diferente, ya estábamos en otra cosa muy distinta,

porque había muerto a la Unión Europea, y contamos como la entrada a la Unión Europea, nos lleva a otro mundo diferente al mundo que estábamos viviendo,

en ese momento en servia. Cuando salimos de acroacia y entramos a la voz de El Segobín, que dijimos que no lo íbamos a contar en la secuencia exacta en la que se hizo el viño,

sino que en el capítulo pasado hicimos toda acroacia, toda, toda por la costa desde Austria hasta Dubrónica, para que tuvieramos como una unidad de relato con todo lo que es acroacia,

para luego llegar a Sarajevo y narrar la experiencia en la voz de El Segobín, como una edición de viaje, para contar la historia, la que estamos haciendo.

Entonces, originalmente nosotros salíamos de acroacia, como una unidad de relato con todo lo que es acroacia, para luego llegar a Sarajevo y narrar la experiencia en la voz del Segobín, como una edición de viaje para contar la historia,

la que estamos haciendo. Entonces, originalmente nosotros salíamos de acroacia y vamos en bus, vamos a pasar hacia la voz de El Segobín.

La voz de El Segobín está atravesada por un río divino, divino, divino que es el río Nerevda, el río Nerevda es de un verde esmeralda, tan bonito, tan bonito, tan luminoso,

y ese río, digamos, sobre ese río, está en una cantidad de puentes, pero uno de los puentes más importantes y más históricos ahí va a ser el puente de Mostal.

Cuando nosotros estamos atravesando la voz de El Segobín, lo primero que vamos a ver es una enorme cantidad, ese menterioso.

Tanto cementerios como en otros países hay pueblitos y pueblitos y pueblitos y pueblitos, que es ese menterioso, ese menterioso, ese menterioso,

ese menterioso, ese menterioso, un ese muchisima gente que va a enterrar acá, y esto en unos paisajes luminosos con ese río tan bonito, tan despejado, tan bello,

y vamos a llegar al puente de mostrar cuando atravesamos la voz de El Segobín.

Eso es como si entráramos en un portal mágico, todos los balcones son como fractales, y cada vez que tú sales de un país o de uno de los actuales países y llegas a otro,

estás en otro tiempo, en otra geografía, en otra historia, en otra dimensión, como si los balcones estuvieran compuestos de puertas mágicas.

Cada puerta te lleva a un reino, a un imperio, a una leyenda, a una historia completamente diferente, pero que en muchos puntos comparten, o sea, historias que se conectan,

pero que cada uno vivió de una manera diferente, esto, esto de los balcones y de la antigua lluvia, se entiende más por teoría de conjuntos,

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